Shalimar, el mítico perfume de la Maison Guerlain, cuenta con una estela olfativa eterna sumamente sensual y con un frasco emblemático, símbolo de una historia de amor legendaria e incandescente. El primer perfume ambarino de la perfumería es la encarnación de una feminidad embriagadora marcada por un toque prohibido.
El Eau de Parfum Shalimar, voluptuoso y sensual, irrumpe como una brisa de flores y bergamota, avivada por notas de lirio, jazmín y rosa. A continuación, las notas balsámicas, de vainilla y haba tonka aportan sensualidad y fuerza a esta estela mítica. Contiene también las notas que componen la célebre "Guerlinade", un sello olfativo único que contribuye a la singularidad de los perfumes de la Maison Guerlain.
La vainilla es la materia prima esencial de la famosa "Guerlinade", nota clave de la mítica estela de Shalimar, y un elemento muy preciado para la Maison Guerlain. Sensual y luminosa, deja sobre la piel sus múltiples aromas golosos, amaderados, especiados y de cuero.
Este cítrico facetado, picante, verde y floral, denominado "oro verde de Calabria", es también una de las materias primas favoritas de la Maison. Está presente en grandes dosis en Shalimar y, junto con el lirio, confiere un toque centelleante a esta estela mítica.
"EL ESTALLIDO FRESCO Y DELICIOSO DE LA FRAGANCIA SE CONVIERTE EN UNA BRUMA SENSUAL CUANDO EMERGEN LAS NOTAS EMPOLVADAS Y AVAINILLADAS DE SU FONDO DULCE Y SENSUAL".
El frasco de Shalimar, una proeza técnica y una joya atrevida, evoca los estanques de los jardines de Shalimar a través de sus motivos arabescos. Su tapón con forma de abanico recuerda al fluir perpetuo de sus fuentes de agua.
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